Los activos fijos traen mayor riqueza, a condición de su buena elección y se consideren sus impactos sociales y ambientales. ¿Pero dónde está el recetario? ¿Cómo gestionar la inversión y tomar buenas decisiones en materia de inversión? ¿Cómo cocinar el plato perfecto para las próximas generaciones? El Fondo Monetario Internacional (FMI), una organización que proporciona asistencia financiera y técnica a los países, asesora a los gobiernos sobre las decisiones de inversión pública.
Esta asistencia sirve para la inversión pública. Sin embargo, muchos de los principios de precaución que esta institución internacional sugiere también son útiles para el sector privado; vale la pena conocerlos para dotarnos de un marco de análisis robusto.
Primero, en general, el FMI alienta a los países a priorizar la inversión pública en áreas que pueden respaldar el crecimiento económico y el desarrollo a largo plazo, al mismo tiempo que garantiza que estas inversiones sean financieramente sostenibles y que no conduzcan a niveles críticos de deuda. Retomamos la última frase para subrayar aspectos esenciales:
- Hay que considerar inversiones que sirven de palanca para los esfuerzos de la organización, de todos los miembros del equipo, para lograr mayor crecimiento.
- Hay que considerar inversiones enfocadas en el largo plazo.
- Hay que considerar inversiones que cuentan con medios financieros y, si se busca crédito, que este no deteriore la imagen que los financistas tienen de la organización.
Segundo, implícito arriba, el FMI valora la disciplina fiscal y la administración responsable de las finanzas públicas. En algunos casos, el FMI aconseja a los países que implementen medidas para reducir el gasto público, incluida la reducción de la inversión en ciertas áreas donde se excede la capacidad financiera o se produce un retorno sobre capital demasiado bajo.
Tercero, la postura del FMI sobre la inversión pública depende de las circunstancias específicas de cada país y del impacto potencial de la inversión pública en el crecimiento económico, la sostenibilidad de la deuda y la estabilidad fiscal. Si bien el FMI reconoce la importancia de la inversión pública, también hace hincapié en la necesidad de equilibrarla con una gestión fiscal responsable.
La capacidad de invertir depende:
- Del nivel de las fórmulas autónomas procedentes de los impuestos sobre las empresas y los trabajadores, a nivel nacional;
- De las obligaciones incompresibles del país, como el pago de rentas a los pensionistas o el repago de la deuda;
- De la confianza de los financistas en la gestión política del gobierno [1].
Para los que me leen y que están en el sector privado, el equilibrio se basa en elementos similares. La capacidad de invertir depende:
- De los excedentes generados cada año por el conjunto de las operaciones;
- Del peso de las deudas y otras responsabilidades a asumir (incluidas las acciones legales en contra de la empresa);
- De la percepción del banquero sobre la situación financiera de la empresa y sobre su capacidad de llevar a cabo un plan de desarrollo exitoso.
Como es esperable, el FMI ofrece sus consejos al gobierno peruano. Sobre la inversión, el último mensaje fue el siguiente: todavía hay sitio para aumentar el gasto en inversión, pero aún hay demasiadas pérdidas debido a la corrupción.
Prescripciones:
- Leer el reporte Public Investment Management Assessment (PIMA) sobre su país.
- Equilibrar los gastos de inversión, de operaciones y los ingresos, en función de la percepción de las contrapartes.
- Contar con alguien externo a su organización que le informe sobre sus inversiones (puede ser un amigo, un consultor, su asesor financiero, etc.), para ayudarlo a apreciar adecuadamente las oportunidades y amenazas, sus fuerzas y debilidades.
Referencia:
- Sitio web del FMI con todos los reportes PIMA de la región América latina y Caribes: https://infrastructuregovern.imf.org/content/PIMA/Home/Region-and-Country-Information/Regions/Western-Hemisphere.html
Nota recordatoria sobre la importancia de la inversión:
La inversión pública es una herramienta significativa para que los gobiernos estimulen el crecimiento económico y el desarrollo. Implica el uso de recursos gubernamentales para financiar infraestructura, educación, atención médica y otras áreas que pueden crear empleos, incrementar la productividad y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
[1] Abordaré la sostenibilidad de la deuda pública en esta columna en unas semanas.
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