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Sostenibilidad de la deuda y tope de inversión

Crédito: iStockPhoto

Se invierte con capital propio pero el potencial de rendimiento crece cuando se usa los excedentes de otros actores económicos. En la película de los años noventa Other people’s money, el personaje principal afirmaba que lo mejor en la vida es el dinero de los demás. Así, la figura es invertir a largo plazo con préstamos y acumulando deudas.

Sin embargo, hay un límite. A partir de un cierto punto, se pierde la capacidad de repago y la bancarrota es, desafortunadamente, el destino. ¿Pero cuál es este «cierto» punto? Veámoslo de modo intuitivo:

  • Sería razonable endeudarse hasta el punto en que el rendimiento de las inversiones sigue siendo superior al costo de los préstamos.
  • Sería razonable endeudarse hasta el punto en que seamos capaces de manejar, con nuestro personal, la gestión cotidiana de los proyectos y de los riesgos relacionados con la inversión.
  • Sería razonable endeudarse hasta el punto en que los prestamistas juzguen nuestra situación peligrosa y traten de renegociar los préstamos por su propia seguridad.

Sostenibilidad según el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional

Hablemos del sector público por el momento: la sostenibilidad de la deuda pública se refiere a la capacidad de un gobierno para cumplir con sus obligaciones de deuda sin recurrir a un endeudamiento excesivo o caer en el incumplimiento. Se trata de una medida clave de la salud financiera de un país y es monitoreada de cerca por instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Para garantizar la sostenibilidad de la deuda, muchos gobiernos imponen un tope de inversión gubernamental, que limita la cantidad de gasto público en proyectos de inversión como infraestructura, educación y atención médica. El propósito del tope de inversión es evitar que los gobiernos inviertan en exceso en proyectos que pueden no proporcionar rendimientos suficientes y, de ese modo, garantizar que su endeudamiento se mantenga bajo control. Se trata de una de las ideas intuidas arriba: invertir en la medida que los rendimientos sean superiores al costo del préstamo.

Para apreciar el peligro que corre un gobierno, las grandes instituciones internacionales consideran la capacidad de repago con el nivel de recaudación fiscal y la entrada de divisas fuertes a través las exportaciones. La idea es simple: si hay liquidez, hay capacidad de pagar. También usan el total de deudas acumulada sobre el producto bruto interno del país. Con estos dos criterios de evaluación, con base en una serie histórica de dificultades financieras (Argentina, Grecia, etc.), se estiman los riesgos y la sostenibilidad de la deuda.

Falta un factor: la subjetividad humana. Los Estados, como los humanos, pueden perder la razón y actuar contra su propio interés. Esto ocurre más a menudo cuando no hay buenos controles, el parlamento es disfuncional, la justicia no es independiente, los medios están controlados o la población no tiene mucha participación en las decisiones. Así, con una buena gobernabilidad —es decir, separación de los poderes, elecciones libres, etc.—, se puede confiar más y aceptar un mayor nivel de endeudamiento. La naturaleza del gobierno influencia la capacidad de obtener préstamos, la tasa de interés y, por ende, la capacidad de invertir en infraestructura en el país.

Hay que agregar que la inversión pública puede tener un efecto de evicción de los privados, lo cual incrementa el costo promedio del capital en un país y compite con este en el mercado de bienes y servicios.

Aplicación de estas consideraciones al sector privado

Las ideas presentadas en el texto sobre la sostenibilidad de la deuda pública y la importancia de una buena gobernabilidad también son relevantes para el sector privado. Al igual que los gobiernos, las empresas deben gestionar su deuda de manera responsable, estableciendo límites en la cantidad de deuda que pueden asumir en relación con sus ingresos y evaluando cuidadosamente las inversiones para garantizar rendimientos adecuados. Además, deben considerar su capacidad de pago de deudas en función de los ingresos y activos, cumplir con regulaciones financieras, tener una estructura de gobierno sólida y fomentar la participación de empleados y clientes en la toma de decisiones. Estos principios ayudan a mantener la confianza de los inversores y aseguran la estabilidad financiera en el sector privado.

Todo refuerza la idea de elegir cuidadosamente los proyectos de inversión, porque son necesariamente limitados. Hay un tope.

Prescripciones:

  1. Apreciar la capacidad de su personal para integrar más carga de trabajo, es decir nuevos proyectos con nuevos riesgos.
  2. Verificar la percepción que sus prestamistas hacen de su gestión o de su gobernabilidad en general.
  3. Identificar su potencial de endeudamiento para maximizar el tamaño de su portafolio de inversión.

Referencias:

Texto sencillo del Fondo Monetario Internacional: https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2020/09/pdf/que-es-sostenibilidad-deuda-esencial.pdf

Gestión de la deuda: https://unctad.org/dmfas/system/files/client-area/efdebm-sp.pdf

Llamado a la prudencia de la CEPAL: https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/493bedef-6a06-477b-8b27-1628d3373aa8/content

Michel Filion - Ph. D. (c) en Ciencias Políticas y DESS en Management

El Ph. D. (c) en Ciencias Políticas y DESS en Management Michel Filion es un especialista en gestión pública y consultor canadiense con más de 35 años de experiencia internacional. Lo solicitan para elaborar diagnósticos, auditorías organizacionales, planes de implementación de proyectos, presupuestos públicos basados en resultados y presupuestos públicos sensibles al género, así como para capacitar a altos directivos. Desde el año 2005, ha trabajado en más de 40 países y con 75 gobiernos. Colabora con el Grupo del Banco Mundial (IFC e IDA), el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional. En América del Sur, fue consultor de Gestión Basada en Resultados (GBR) para el proyecto bilateral entre Canadá y Perú ProGobernabilidad. Además, enseñó Gestión de Proyectos en la Escuela de Administración de Negocios de Bogotá, Colombia, y desarrolló numerosas intervenciones de diferente índole en todos los países de los Andes. En Asia, está sentando un precedente con un método eficaz e innovador para la integración de la perspectiva de género en el presupuesto público; ya tiene tres guías sobre el tema en su haber. Al inicio de los años 2000, fue agregado político de la ministra de Finanzas de Quebec Pauline Marois y colaboró directamente en la producción de tres presupuestos del Estado. De 2003 a 2005, fue director de programas en Puerto Príncipe, Haití, para la ONG canadiense SUCO.

Michel Filion - Ph. D. (c) en Ciencias Políticas y DESS en Management C&N

Escrito por Michel Filion - Ph. D. (c) en Ciencias Políticas y DESS en Management

El Ph. D. (c) en Ciencias Políticas y DESS en Management Michel Filion es un especialista en gestión pública y consultor canadiense con más de 35 años de experiencia internacional. Lo solicitan para elaborar diagnósticos, auditorías organizacionales, planes de implementación de proyectos, presupuestos públicos basados en resultados y presupuestos públicos sensibles al género, así como para capacitar a altos directivos.

Desde el año 2005, ha trabajado en más de 40 países y con 75 gobiernos. Colabora con el Grupo del Banco Mundial (IFC e IDA), el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional.

En América del Sur, fue consultor de Gestión Basada en Resultados (GBR) para el proyecto bilateral entre Canadá y Perú ProGobernabilidad. Además, enseñó Gestión de Proyectos en la Escuela de Administración de Negocios de Bogotá, Colombia, y desarrolló numerosas intervenciones de diferente índole en todos los países de los Andes. En Asia, está sentando un precedente con un método eficaz e innovador para la integración de la perspectiva de género en el presupuesto público; ya tiene tres guías sobre el tema en su haber.

Al inicio de los años 2000, fue agregado político de la ministra de Finanzas de Quebec Pauline Marois y colaboró directamente en la producción de tres presupuestos del Estado. De 2003 a 2005, fue director de programas en Puerto Príncipe, Haití, para la ONG canadiense SUCO.

Embajador

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