Public expenditures financial accountability (PEFA): una herramienta para el sector público

En las últimas crónicas, se habló de las dificultades de contener el apetito personal de los colaboradores y orientar los esfuerzos hacia resultados colectivos. Son desafíos para todas las organizaciones, públicas y privadas; pueden ser atendidos aplicando la gestión basada en resultados (GBR), estrategia que ayuda a cumplir con el propósito de centrar la atención sobre el bien común comparando lo prometido con lo realizado. También, otra posibilidad es hacer una comparación con las organizaciones pares, los competidores o contrapartes y evaluar las brechas de desempeño que se observa; la administración pública cuenta con el public expenditures financial accountability (PEFA) como una alternativa de este tipo.

El gobierno cuenta con diversos programas y servicios que tienen como objetivo satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Estos programas pueden variar: programas de bienestar social, educación, salud, desarrollo de infraestructura, defensa y muchos otros, todos los cuales se concretizan a través del gasto público y la movilización de funcionarios. Se pude efectuar un trabajo interno y reportar el nivel de desempeño en función de la planificación del mismo gobierno pero también, vale la pena observar y comparar aquellas prácticas gubernamentales en gestión de recursos que cuentan con los mejores y los estándares internacionales.

La herramienta PEFA es un marco que proporciona una metodología estandarizada para evaluar el estado de los sistemas de gestión financiera pública de un país. Fue desarrollada por el Banco Mundial en colaboración con otras organizaciones internacionales y es ampliamente utilizada por gobiernos, donantes y organizaciones de la sociedad civil para evaluar los sistemas de gestión financiera pública e identificar áreas de mejora. Evalúa los sistemas de gestión financiera pública sobre la base de buenas prácticas a través de 31 indicadores organizados en 7 dimensiones.

Las 7 dimensiones de la PEFA reflejan lo que un gobierno o cualquier organización grande tiene que vigilar para aumentar la posibilidad de buen uso de sus escasos recursos. Estas dimensiones son las siguientes:

• Credibilidad presupuestaria: en su conjunto, el proceso presupuestal debe inspirar confianza a las partes interesadas.
• Transparencia de las finanzas públicas: planificación, ejecución del presupuesto y resultados obtenidos tienen que ser fácilmente evaluados y verificados.
• Gestión de los activos y de los proyectos de inversión: tiene que ser rigorosa y la selección de los proyectos de inversión debe basarse en criterios conforme al bien común.
• Alineamiento de las estrategias presupuestales sobre las políticas públicas: el gasto debe reflejar la voluntad de intervenir en la sociedad y tiene que estar ligado a las decisiones gubernamentales.
• Predictibilidad del presupuesto y control de la ejecución de gastos y de ingresos: para ser creíble, el presupuesto tiene que ejecutarse tal como fue anunciado.
• Contabilidad y presentación de informes: los estándares de calidad de la profesión deben respetarse.
• Escrutinio externo y auditoría: la revisión de los datos del presupuesto tiene que estar asegurada por un ente independiente.

Cada una de estas dimensiones se evalúa utilizando un conjunto de indicadores que miden el desempeño del sistema de gestión financiera pública en esa área. Los indicadores proporcionan una medida cuantitativa del estado del sistema y se puntúan en una escala de A hasta D, donde A indica un buen rendimiento y D indica un rendimiento débil.

En el Perú, hubo varias evaluaciones PEFA y están disponibles, en su mayoría, en el sitio en referencia debajo de esta crónica. Sin embargo, la última a nivel nacional se hizo hace casi 10 años y el gobierno de la época impidió que se publicara. Para tener una evaluación nacional basada en los 7 pilares anteriores, hay que regresar al año 2009: de forma corta, en esa época, el presupuesto del Perú se juzgaba como poco creíble.

Tener una mala nota —o decidir no ser evaluados por temor a esa mala nota— significa que el país se maneja debajo de los estándares del mundo y de los comparables. Esto implica, con seguridad, una serie de oportunidades de desarrollo perdidas o, peor, un retroceso en relación con la posición de la nación en el mundo. Las brechas de desempeños son, generalmente, la ilustración de la búsqueda de comodidad de unos pocos.

Si bien la PEFA ayuda al sector público en su gestión, es importante para el sector privado que el país donde tiene su sede esté bien manejado y que la posibilidad de desarrollo empresarial no se vea limitada por causa del desgobierno.

Prescripciones:

1. Para los privados, hacer presión para que el gobierno peruano solicite una nueva evaluación PEFA y así contribuir al mejoramiento de la gestión pública.
2. Para los miembros del sector público, consultar los 31 indicadores de calidad del PEFA para hacer la autocrítica de su sistema.
3. Si es un decisor público, hay un PEFA no accesible al público que contiene la última evaluación completa y seria de la gestión peruana de las finanzas públicas. Puede solicitarlo y consultarlo.

Referencias:

Sitio general sobre todas las evaluaciones PEFA en el Perú: https://www.pefa.org/country/peru?page=0

La evaluación del Perú en 2009: https://www.pefa.org/node/2866

La guía completa para una evaluación PEFA donde esté en el mundo: https://www.pefa.org/index.php/resources/pefa-2016-marco-de-referencia-para-la-evaluacion-de-la-gestion-de-las-finanzas-publicas-0