Con los años, los evaluadores de acciones públicas se están alejando de los métodos que terminan en sentencias, es decir, que juzgan sin posibilidad de apelación, para acercarse a procesos que favorecen el intercambio entre especialistas y actores, con una perspectiva de aprendizaje mutuo. Los procesos de evaluación de políticas públicas, en ese sentido, tienden a tomar madurez, y la apreciación de los sistemas nacionales de inversión pública no son la excepción.
La Evaluación de la Gestión de la Inversión Pública (PIMA) es uno de estos procesos de evaluación y es utilizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para revisar el marco de gestión de la inversión pública de un país. El objetivo del PIMA es identificar las fortalezas y debilidades de dicha gestión y proporcionar recomendaciones para mejorarla en su conjunto.
El proceso de evaluación PIMA considera los siguientes pasos:
- Alcance inicial: el equipo del FMI trabaja con las autoridades del país para definir el alcance de la evaluación y los sectores y áreas que a cubrirse.
- Obtención y análisis de datos: el equipo del FMI recopila y analiza datos sobre las prácticas de gestión de la inversión pública del país, incluida la información sobre presupuestación, evaluación, implementación, seguimiento y evaluación de proyectos.
- Consultas con las partes interesadas: el equipo del FMI colabora con las partes interesadas pertinentes, incluidos funcionarios gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y asociados para el desarrollo, a fin de recabar sus perspectivas sobre las prácticas de gestión de la inversión pública del país.
- Evaluación y recomendaciones: sobre la base de los datos recopilados y las consultas con las partes interesadas, el equipo del FMI prepara un informe de evaluación, en el que se identifican los puntos fuertes y débiles de las prácticas de gestión de la inversión pública del país y se formulan recomendaciones para mejorarlas.
- Apoyo de seguimiento: el equipo del FMI puede proporcionar apoyo de seguimiento a las autoridades del país para ayudar a implementar las recomendaciones y fortalecer el marco de gestión de la inversión pública del país.
Sector privado
Mire un momento el gráfico que acompaña esta columna. En el círculo exterior, hay 15 dimensiones para medir el desempeño, que detallaremos en próximas publicaciones. En el centro, podemos ver tres grandes etapas de la gestión de cualquier proceso de inversión, sea privado o público. Cada una de estas etapas debe ser observada a la luz de sus cinco dimensiones correspondientes.
Imagine que tiene una cadena de restaurantes o de hoteles, o una flota de taxis, ¿cómo planifica (planning) sus inversiones?, ¿cómo asigna (allocation) los presupuestos para sus inversiones?, ¿cómo maneja la implementación (implementation) de sus decisiones de invertir? Si la respuesta que le viene a la mente para todas estas preguntas es «al azar», puede dar por cierto que no logra su pleno potencial.
Volvamos al sector público. El proceso de evaluación PIMA está diseñado para ser colaborativo e inclusivo, de modo que apoye a los países en la mejora de sus prácticas. Además, es flexible, lo que permite la adaptación al contexto nacional específico.
Prescripciones
- Revisar los procesos de planificación de sus inversiones.
- Revisar los procesos de atribución de recursos a sus inversiones.
- Revisar la eficacia y eficiencia en la implementación de sus inversiones.
Referencias
Vea la evaluación que hizo el FMI de su propio instrumento en 2018: https://www.imf.org/en/Publications/Policy-Papers/Issues/2018/05/10/pp042518public-investment-management-assessment-review-and-update
Vea también la evaluación de su país aquí: https://infrastructuregovern.imf.org/content/PIMA/Home/Region-and-Country-Information/Regions/Western-Hemisphere.html
Nota: En las próximas publicaciones, detallaremos los grandes grupos mencionados en esta crónica.
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