En un artículo anterior, mencionamos el encanto que tienen países de la OCDE frente a la migración del talento. En diversos estudios realizados por especialistas independientes, Banco Mundial o investigaciones realizadas por comisiones de gobierno dedicadas a estudiar los cambios e impacto de la inmigración durante los últimos años; todos concuerdan que existe cierta controversia en la manera que interpretamos el movimiento de personas de un país a otro.
Así, se debe diferenciar que los movimientos migratorios de personas calificadas y el movimiento migratorio en general no es lo mismo y por ello debe diferenciarse. El movimiento migratorio en general es aquel provocado por el cambio climático, conflictos o guerras en un país origen o quizás los desafíos económicos que genera la corrupción como elemento esencial para la gobernanza de un país.
Entre el movimiento migratorio de personas calificadas y el movimiento migratorio en general se tienen similitudes en cuanto a necesidades básicas de las personas en salvaguardar su seguridad, el acceso a productos de primera necesidad para la alimentación y también al acceso a servicios de salud. No siempre son los únicos motivos que precipitan a tomar una decisión de migrar a otro país.
Las personas altamente calificadas que deciden migrar consideran las siguientes posibilidades: mejores oportunidades laborales para acceder a mejores remuneraciones, una importante mejora para un clima laboral apropiado, acceso a nuevas tecnologías, reconocimiento profesional, libertad de expresión y comunicación de los resultados de labores o investigaciones.
La escasez de profesionales a nivel mundial, en países desarrollados, generalmente responde a condiciones demográficas y al desinterés de invertirse y comprometerse a estudios más avanzados, es decir, ir más allá de la educación básica. Un motivo muy importante es el tiempo que se debe consagrar y al sacrificio económico durante el tiempo de formación.
Entonces, una de las razones muy importantes es la baja tasa de natalidad en muchos países miembros de la OCDE porque impacta directamente en las condiciones demográficas y representa un impacto inexorable sobre el futuro económico OCDE.
Desde un enfoque particular, tenemos una fuerza laboral disponible en países desarrollados o miembros OCDE que ansían desde muy corta edad, acceder a un salario para aumentar su capacidad económica y poder adquisitivo. Así, en el curso de los años, atrae desafíos sobre gestión de finanzas personales por un desconocimiento temprano en la gestión de las finanzas personales.
Desde otro enfoque, tenemos a jóvenes profesionales muy formados pero con valores y necesidades diferentes que aprecian mucho más la libertad de trabajar desde diversos lugares. Y, cuidan el impacto de sus actividades como seres humanos frente a las necesidades del planeta con una incisiva mirada sobre el impacto económico, ecológico y el bien común.
Para los países miembros de la OCDE, se mantiene muy presente las estrategias de atracción de mano de obra calificada proveniente del extranjero. Muchos de estos países tienen un importante porcentaje de su población que rechaza la llegada e integración de migrantes en la sociedad receptora. En dichas condiciones, el tema migratorio representa motivo de grandes debates que determinan, en muchos casos, la dirección que van tomando dichos países en el tupido tejido que representa las diversas dinámicas de acción y retracción en la comunidad internacional.
Algunos países miembros de la OCDE, especialmente, aquellos que no encuentran mayor limitación por parte de la población endógena, explotan todos los medios necesarios para continuar con métodos de comunicación rápidos y efectivos, baja de precios y mayor acceso a servicios de transporte. También, existe el interés de acceder a los estudios en el extranjero, especialmente en universidades de importante reputación internacional.
En conclusión, tenemos una excelente y propicia situación migratoria de personas con altos niveles de capacitación pero también existe una importante masa migratoria que aumenta en los diversos conflictos en los diferentes bloques geopolíticos. Nos encontramos en condiciones muy particulares, nunca antes vistos. En un clima de posibilidades y limitaciones, no hay duda que seremos testigos de cambios radicales en los próximos seis meses, en especial como resultado de las elecciones en el vecino país de Venezuela y las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América.
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