El Cobre y la Civilización

El cobre es tan importante en la historia de la humanidad que hasta toda una era, en la historia de los grandes avances tecnológicos, se bautizó por su trascendencia. Aquel periodo de tiempo se llama: «La Edad de Bronce».

El cobre no es nada menos que un ingrediente de los dos metales que componen la producción del bronce, el otro es el estaño. Recuerdas cuando en la escuela te enseñaban sobre todas aquellas innovaciones que se produjeron en la Edad de Bronce? Pues ahí mismo, te estaban hablando de la historia del cobre y como este metal forma parte de la historia de la humanidad, prácticamente desde los inicios de la civilización.

El mineral es fácil de manipular, estirar, aplanar. Tiene la propiedad de conducir el calor y la electricidad uniformemente y, es resistente a la corrosión. Los grandes avances ligados al bronce se realizaron, indiscutiblemente, en la producción de las armas de aquellos tiempos; podían ser lanzas y puntas de flechas, también vasijas de mayor duración, materiales para preparar alimentos y, de igual manera, esterilizar todo aquello que el ser humano ingería.

Hoy en día, el cobre sigue formando parte de los metales que aportan en los avances de la humanidad, con solo una tonelada de cobre; unas 30 casas pueden tener electricidad, se pueden construir 100 autos y formar parte de los elementos internos de, al menos, 100,000 teléfonos celulares.

El Perú es mundialmente reconocido y consagrado en la producción del cobre y nuestro aporte al desarrollo es indiscutible. Así, siendo un país con un marco legal establecido, la mano de obra disponible, un sistema bancario que promueve la inversión y el financiamiento además de una política monetaria estable, no debería tomar mucho tiempo en pretender nuevas posiciones como líderes en la producción del metal.

En América Latina y en especial en el Perú, tenemos importantes reservas en recursos naturales que atraen inversiones de los diversos bloques geoeconómicos, principalmente, de occidente y oriente. Nuestra riqueza en minerales es tan grande que no hay una sola región en el Perú donde no se haya encontrado minerales. El desafío se encuentra en facilitar la infraestructura que permitirá movilizar esta riqueza hacia los centros de transformación y sus consumidores finales.

Es propio mencionar que nos queda brindar una estabilidad social para cristalizar nuevas oportunidades, con proyectos que hoy duermen en el subsuelo peruano. Tenemos la esperanza de participar activamente como grandes ingredientes en las innovaciones de la historia de la humanidad.

Normalizar los procedimientos de trazabilidad e incentivar el principio que el cobre peruano es un producto éticamente responsable, sustentable y sostenible. Esto es imperativo para atraer la inversión que se necesita.