Durante su participación en el programa Calidad&Negocios, el especialista en políticas energéticas Pedro Gamio ofreció un análisis detallado sobre los riesgos que enfrenta la economía global y peruana debido a la persistente dependencia de los hidrocarburos y la falta de planes efectivos de contingencia. En el contexto de conflictos focalizados en regiones estratégicas ricas en petróleo y gas, Gamio puso el acento en la necesidad de fortalecer la seguridad energética y acelerar la transición hacia matrices más sostenibles.
Alta dependencia de la energía fósil y riesgos de shock externo
Gamio fue contundente al recordar que el 80% de la energía que consume el mundo aún proviene de fuentes fósiles, lo que deja a los países altamente expuestos a cualquier disrupción geopolítica. Ejemplificó con los recientes episodios en Medio Oriente, donde la posibilidad —finalmente evitada— de un cierre del Estrecho de Ormuz pudo haber generado un alza dramática en el precio del crudo, similar a episodios pasados donde se superaron los 100 dólares por barril.
A su juicio, incluso el solo efecto psicológico de un bloqueo parcial en una zona por donde transita hasta una cuarta parte del petróleo global sería suficiente para disparar los precios y golpear la inflación global y la balanza comercial de países importadores netos de hidrocarburos, como el Perú.
Debilidades estructurales en el Perú: falta de masificación del gas y atraso en renovables
En el caso peruano, Gamio criticó la falta de avances concretos para mejorar la resiliencia frente a un eventual corte o encarecimiento abrupto del suministro energético. Señaló que la masificación del gas natural ha quedado limitada casi exclusivamente a Lima y Callao, sin lograr expandirse al resto del país. De hecho, destacó que recientes medidas regulatorias solo favorecen a pequeños consumidores, frenando la posibilidad de conectar a dos millones adicionales de usuarios en regiones, que se sumarían a los actuales beneficiarios, ampliando el alcance del gas directo a unos 15 millones de peruanos.
Asimismo, recordó que las energías renovables apenas representan entre 8% y 9% de la matriz eléctrica nacional, una proporción baja frente a estándares internacionales. Esto deja a la economía peruana sin una red de respaldo robusta para mitigar posibles crisis en el mercado de hidrocarburos, además de mantener la vulnerabilidad ante la volatilidad de precios y comprometer objetivos climáticos.
Impacto en transporte, alimentos y gobernabilidad
Gamio amplió la reflexión hacia los efectos en la calidad de vida, subrayando que el transporte en el Perú es un sector altamente contaminante, congestionado y con elevados costos sociales, lo que incrementa la dependencia del petróleo y multiplica riesgos ante eventuales crisis externas. Además, alertó sobre la posibilidad de que perturbaciones internacionales impacten la cadena de alimentos y eleven los precios de la canasta básica, con fuertes repercusiones para los sectores más vulnerables.
Finalmente, instó a priorizar la gobernabilidad y fortalecer la meritocracia para garantizar que el país pueda planificar estratégicamente su transición energética, reducir emisiones y consolidar un crecimiento competitivo con menores gases de efecto invernadero.
La participación de Pedro Gamio en el programa Calidad&Negocios, conducido por Inés Carazo e Iván Mifflin, dejó en claro que los actuales escenarios globales son un llamado urgente a robustecer las políticas públicas y la infraestructura energética del Perú, para anticipar crisis y asegurar un desarrollo económico más equilibrado y sostenible.
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