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Industria biofarmacéutica pierde $35 mil millones anuales por fallos en la cadena de frío

En la industria farmacéutica, cada grado de temperatura representa una decisión de negocio. Garantizar la integridad de medicamentos y vacunas no es solo un requisito legal, sino un imperativo estratégico que define la rentabilidad, reputación y competitividad de las organizaciones.

Los desafíos se intensifican ante las exigencias de organismos como la FDA, EMA y COFEPRIS (agencias reguladoras de medicamentos, alimentos y productos sanitarios a nivel mundial), que han endurecido los estándares para la distribución de productos sensibles a la temperatura. La trazabilidad y el control térmico ya no son opcionales; son condiciones mínimas para evitar sanciones legales, pérdidas millonarias y daños irreparables a la imagen empresarial.

“El monitoreo en tiempo real ya no es una ventaja, es una necesidad”, advierte Marcel Souza, gerente de producto de Thermo King LATAM. “Cada minuto y cada grado de diferencia pueden marcar el éxito o el fracaso de toda una operación logística”.

Las cifras respaldan esta alerta. Según el prestigioso Instituto IQVIA (USA), la industria biofarmacéutica pierde anualmente cerca de 35 mil millones de dólares por fallas en la cadena de frío. Estas pérdidas no solo implican productos dañados, sino interrupciones en la distribución, costos operativos adicionales y una pérdida de confianza por parte del mercado.

Ante este panorama, la tecnología ha tomado un rol protagónico. Los sistemas telemáticos integrados en los vehículos de transporte permiten un monitoreo continuo de parámetros como temperatura y humedad, brindando alertas inmediatas en caso de desviaciones críticas. Este control proactivo asegura la calidad del producto, previene pérdidas económicas y fortalece la reputación de las empresas.

La implementación de estas soluciones no solo responde a la necesidad de cumplir regulaciones, sino que también optimiza la eficiencia operativa, reduce costos y contribuye a la sostenibilidad. Además, la incorporación de inteligencia artificial y algoritmos predictivos permite anticipar incidentes antes de que ocurran, marcando un antes y un después en la gestión de la cadena de frío.

En un entorno regulado y altamente competitivo, invertir en monitoreo térmico inteligente ya no es una opción. Es una estrategia de supervivencia y crecimiento. Porque en el negocio farmacéutico, cada grado cuenta.

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