in

Empresas que institucionalizan el deporte reportan mejoras en rendimiento laboral

El bienestar deportivo se consolida como motor de integración y eficiencia en las organizaciones. ¿Quieres que la leyenda tenga un tono más inspirador (enfocado en el bienestar) o más duro y técnico.

En el entorno empresarial actual, el bienestar de los colaboradores ya no es un aspecto secundario, sino una estrategia clave de gestión. Cada vez más compañías en el Perú promueven el deporte y los estilos de vida saludables como una herramienta que impacta en la productividad, el clima laboral y, al mismo tiempo, fortalece la cultura organizacional y la marca corporativa.

Según Ipsos (2023), el 60% de los peruanos practica de manera regular alguna actividad deportiva. Este contexto ha impulsado a las empresas a integrar el deporte en su propuesta de valor, reconociendo que su alcance va más allá de la salud física. Iniciativas como olimpiadas internas, convenios con gimnasios, grupos de running y torneos corporativos se consolidan como espacios que refuerzan la integración, reducen el estrés y potencian habilidades blandas como la resiliencia, el liderazgo y el trabajo en equipo, cada vez más valoradas en el mundo corporativo.

Además de las actividades impulsadas desde la organización, muchas compañías apoyan las disciplinas que sus colaboradores practican de manera individual o colectiva. Este acompañamiento fortalece el vínculo entre marca y equipo humano, generando un sentido de identidad compartida: así como los trabajadores representan con orgullo a su empresa, la marca también se involucra en aquello que los motiva y apasiona.

“El deporte no solo motiva y une a los colaboradores, también se convierte en un reflejo de la identidad y los valores de la organización. Iniciativas de este tipo refuerzan el sentido de pertenencia y fortalecen la imagen de marca frente a clientes, socios y la comunidad en general”, afirma Giancarlo Ameghino, Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland.

Los resultados son evidentes: menor ausentismo, mayor compromiso, reducción del estrés y mejoras sostenidas en la productividad. Asimismo, los programas deportivos y recreativos consolidan a las compañías como marcas empleadoras atractivas, capaces de generar experiencias significativas que trascienden el espacio laboral.

En este marco, el deporte se convierte en un catalizador de valores organizacionales y en un puente de reciprocidad entre empresa y colaboradores. Al fomentar el bienestar y la convivencia saludable, las organizaciones no solo fortalecen su cultura interna, sino que proyectan hacia el exterior una imagen coherente y responsable. Así, el deporte se consolida como una herramienta estratégica que impulsa la sostenibilidad, refuerza el sentido de pertenencia y potencia el posicionamiento empresarial a largo plazo.


Escrito por Calidad & Negocios

Revista

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GIPHY App Key not set. Please check settings